Tras la derrota por 2-0 ante Bolivia en El Alto, el primer representante de la Roja que dio la cara fue Alexis Sánchez. El delantero lamentó que Chile nuevamente quede fuera del Mundial. “Hay que agachar la cabeza y hacer autocrítica. Le pido perdón a la gente”, dijo.
En la instancia, Sánchez también confirmó que quiere siendo parte de la Roja, para apoyar a los más jóvenes. «La Generación Dorada está enterrada, sólo quedo yo… Aún me veo en la Selección», sostuvo.
Lo llamativo de esto es que, en las próximas Eliminatorias, Alexis ya tendrá casi 38 años. Una edad avanzada y que, ante selecciones con mayor dinámica, se nota demasiado. Ya quedó al descubierto con Arturo Vidal, que frente a Argentina, por ejemplo, sufrió. Y mucho.
La idea es que en el nuevo proceso exista una renovación total, ya sin nominaciones simbólicas. Ahora, la posta la deben llevar jugadores como Felipe Loyola y Lucas Cepeda.
Hoy, además, Alexis tampoco está en un nivel que lo haga imprescindible en la Selección. Su temporada en el Udinese fue para el olvido, con más lesiones que minutos, y su futuro es una incógnita. Lo más probable es que no continúe en el cuadro italiano, sobre todo por la distancia que tiene con el técnico Kosta Runjaić. Su estado, de cara al siguiente proceso clasificatorio, es un misterio.
Leave feedback about this