Martín de Los Santos, imputado por lesiones graves contra Guillermo Oyarzún, conserje de 70 años, estaría lejos de cumplir la prisión preventiva decretada ayer por la jueza Cecilia Villanueva del 4° Juzgado de Garantía de Santiago, ya que el agresor se encontraría en Brasil desde hace cinco días.
Según fuentes de La Radio, el imputado salió a Brasil el 19 de junio, jornada en la que solo debía cumplir con cautelares de firma mensual y prohibición de acercarse a la víctima y al edificio de Vitacura, donde ocurrió la agresión. Es decir, no tenía arraigo nacional. Además, fuentes de la indagatoria indican que De los Santos no se ha presentado ante Gendarmería.
Recordemos que De Los Santos no se presentó en el Centro de Justicia para la audiencia de revisión de medidas cautelares. El imputado participó de forma telemática. En esa instancia, increpó a la magistrada y la acusó de armar un “show mediático“.
Por su lado, el abogado del conserje agredido, Felipe Silva, afirmó tras la audiencia que se había despachado una orden de detención contra el imputado, con el objetivo de que quedara a disposición del penal correspondiente para cumplir su prisión preventiva. Sin embargo, desconocían su paradero.
“No sabemos dónde está, pero creemos que hay un inminente peligro de fuga“, anticipó el representante de Guillermo Oyarzún.
Martín de Los Santos quedó sin defensa tras decretarse su prisión preventiva
Es importante destacar que actualmente el imputado no cuenta con representación legal, ya que su abogado renunció. Así lo confirmó Carlos Mora Jano ante el 4° Juzgado de Garantía.
Respecto a los motivos de la renuncia, el exrepresentante legal indicó que se debió a “diferencias irreconciliables y falta de confianza con el imputado“.
En ese contexto, también se renunció al patrocinio conferido el pasado 2 de junio, así como se revocó el poder otorgado a la abogada Alejandra Paz Navarro Ramírez.
Según la representación del conserje lesionado, Martín de Los Santos Lehmann arriesga una pena superior a cinco años de presidio por el delito de lesiones graves. A ello se sumaría la agravante por la edad de la víctima y otros dos cargos: golpes a funcionarios policiales y amenazas.
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