Brian Fernández (30) recibe a AS Chile en el estadio Pablo Comelli, su nueva casa. Ahí juega Talleres de Remedios de Escalada, el club de la Segunda División de Argentina que le permitió volver al fútbol. Llevaba varios meses sin equipo, tras dejar Coquimbo Unido.
Fernández duró muy poco en los piratas: fue presentado el 9 de diciembre del 2024 y sólo dos semanas después, el ex Unión La Calera decidió romper el contrato. Necesitaba regresar a Argentina y seguir cerca de su familia, para no tener una recaída en el consumo de cocaína. Es el gran problema que lo ha atormentado durante su carrera.
Hoy busca resurgir en Talleres. “Me encontré con un club hermoso. Lo que pasó en Coquimbo me dejó un sabor amargo, pero la gente, los compañeros y los dirigentes de allá me trataron muy bien. Me pude ir por la puerta en la que entré, estoy muy agradecido”, dice.
– En Chile lo juzgaron bastante por dejar Coquimbo de forma anticipada. ¿Cree que los hinchas fueron duros con usted, considerando que no conocen en profundidad su problema?
– La mayoría no sabe lo que es pasar por una situación así, pero hoy lo llevo adelante gracias a Jesús. Me pone contento y no me da vergüenza decir que estoy yendo a la iglesia… Lo hago porque quiero, estoy muy tranquilo con mi vida.
– Por el hecho de no tener estabilidad en el último tiempo, ¿alguna vez pensó en el retiro?
– Sí, me pasó cuando estuve en Monarcas. Dije ‘bueno, ya no juego más, ¿cuál será mi futuro? ¿qué haré? ¿volveré a lo de antes?’… No lo veía bueno, entonces decidí refugiarme en lo mío y volver a meterme en mi carrera, que realmente es lo que me hace feliz. Hoy me toca defender los colores de Talleres y ojalá puedan venir cosas lindas para mí, para mi vida y para el futuro de mi familia.
– Hace un tiempo conversamos y usted me comentaba que los fantasmas habían quedado atrás y que estaba limpio, ya sin consumir drogas. ¿Eso se mantiene?
– Sí, más vale que sí. Me pone muy contento decir ‘sí, estoy limpio de todo consumo’. Y habla bien de mí, porque yo valoro cada día que paso limpio. No llevo la cuenta de los días, meses o años, no, no me interesa. A mí me importa terminar la noche siempre en paz.
– Se le nota tranquilo…
– Estoy súper tranquilo. Tengo una familia divina, unos hijos hermosos, y todo están bien. Tengo una contención muy linda en casa.
– Entiendo, eso sí, que sus hijos están lejos…
– Mi nena está en España y mi nene, en Santa Fe, pero yo trato de tener la mayor comunicación posible. Con Delfina tenemos horarios para hablar y Milan está jugando en River. Lo acompaño desde este lado y estoy muy contento por cómo lo cuidan su abuelo, su mamá y su gente.
– ¿Hace cuánto que no ve a sus hijos?
– A Delfina desde casi que inició el año. Y a Milan, desde el año pasado.
– Eso debe ser doloroso…
– Sí, duele, pero tengo contacto con ellos a diario. Yo me refugio en el fútbol para seguir estando bien, porque realmente es un cable a tierra. No sé qué sería de mi vida sin el fútbol, quiero seguir por este camino… Jesús me salvó la vida. Agradezco al club por la oportunidad.
– ¿En qué etapa cree que está de su vida?
– Estoy reencontrándome. Estoy solo, vengo con mis compañeros a entrenar y estoy muy bien. Mucha gente pasó por mi vida, que dejé que me ayudara en su momento, y hoy estoy agradecido de ellos. Compartieron conmigo en etapas difíciles y eso me hizo bien.
– ¿No le complica el hecho de estar solo?
– No. La verdad es que continuamente estoy pidiéndole a Dios que el día sea bueno, que las cosas sean como él desee y que pueda estar bien. Quiero seguir con mi vida de la mejor manera, ya sea con el fútbol o con mi vida personal. Mi vida quiero terminarla en paz.
– ¿Hoy usted es feliz?
– No sé si feliz, pero estoy muy tranquilo. Estoy bien acompañado y eso es lo más importante para mí.
– ¿Qué les diría a todas esas personas que siguen confiando en sus capacidades, a pesar de los problemas?
– Agradecerles, porque es muy valioso. He recibido muchos mensajes que me han hecho muy bien, así que nunca dejen de hacerlo. Para mí, eso es muy importante.
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