Starmix | Protección solar más allá del sol: ¿Por qué deberíamos usar bloqueador aunque no estemos al aire libre?
Cuando pensamos en protección solar, la imagen que viene a la mente suele ser la de un día soleado, con la piel expuesta directamente a los rayos del sol. Sin embargo, lo cierto es que los daños solares no provienen sólo de la exposición directa al sol. En realidad, la radiación que afecta nuestra piel está presente en diversas formas, incluso cuando no estamos al aire libre o bajo la luz solar directa.
Una de las principales fuentes de radiación que afecta la piel es la radiación ultravioleta A (UVA), que está presente todo el año, independientemente de si hay sol o no. Aunque los rayos UVA no producen el mismo tipo de daño inmediato que los rayos UVB (como las quemaduras solares), tienen un impacto mucho más profundo y duradero en la piel. Los rayos UVA penetran más profundamente en la dermis y están relacionados con el envejecimiento prematuro de la piel, la formación de arrugas y la flacidez. También son un factor importante en el desarrollo de cáncer de piel.
Es fundamental entender que los rayos UVA pueden atravesar las nubes, el vidrio de las ventanas e incluso ciertos tipos de ropa. Esto significa que incluso cuando estamos dentro de un automóvil o en casa, la exposición a la radiación UVA sigue ocurriendo. En este contexto, el uso de bloqueador solar se vuelve esencial no solo cuando estamos al aire libre, sino también en situaciones cotidianas, como cuando estamos cerca de una ventana o expuestos a dispositivos electrónicos.
Además de la radiación UVA, la luz visible también juega un papel importante en la salud de nuestra piel. Aunque la luz visible es menos dañina que los rayos UVA y UVB, estudios recientes han demostrado que la exposición continua a la luz visible, especialmente la luz azul emitida por pantallas de teléfonos, computadoras y otros dispositivos, puede contribuir a la formación de manchas, envejecimiento cutáneo y otras afecciones dérmicas.
A diferencia de la radiación ultravioleta, que afecta principalmente la capa más superficial de la piel, la luz visible penetra más profundamente, llegando hasta las capas internas de la dermis. La exposición a largo plazo puede generar daño celular y alterar la producción de colágeno, lo que lleva a la aparición de arrugas y pérdida de elasticidad. Además, la luz visible también puede generar un proceso conocido como “hiperpigmentación postinflamatoria”, donde las manchas oscuras se desarrollan en áreas donde ha habido inflamación o daño celular, lo que puede empeorar con el tiempo.
Por su parte, aunque la radiación UVB es más conocida por su capacidad para quemar la piel y causar daño inmediato, también tiene un impacto en la piel, incluso cuando no estamos al sol directamente. Este tipo de radiación es más intensa durante ciertas horas del día y en ubicaciones específicas, como cerca del ecuador o en altitudes elevadas. Sin embargo, la radiación UVB también puede atravesar nubes y reflejarse en superficies como el agua, la nieve e incluso el concreto.
Además, el daño causado por la radiación UVB no se limita solo a las quemaduras solares. A largo plazo, la exposición acumulada a estos rayos puede provocar envejecimiento prematuro y aumentar el riesgo de cáncer de piel. Por lo tanto, protegerse contra la radiación UVB no solo es importante durante la exposición directa al sol, sino también en situaciones cotidianas en las que estamos expuestos a esta radiación de forma indirecta.
Entonces, ¿Cómo cuidarnos?
Es común pensar que la protección solar solo es necesaria cuando estamos al aire libre, pero eso es un mito. Las ventanas de los hogares y oficinas permiten el paso de la radiación UVA, que afecta la piel incluso cuando estamos sentados frente a una computadora o viendo televisión. Además, la luz visible proveniente de pantallas de dispositivos puede agravar problemas como la hiperpigmentación, especialmente en personas con piel más sensible o propensa a manchas.
Para quienes pasan largas horas frente a una pantalla, el uso de bloqueador solar que proteja contra la luz visible y la radiación UVA es esencial. Existen productos en el mercado que están formulados específicamente para ofrecer una protección amplia que cubre estos factores, lo que ayuda a mantener la piel protegida sin importar si estamos en casa, en el trabajo o viajando.
El uso de bloqueador solar no debe limitarse a los días soleados o a las actividades al aire libre. La exposición a radiación UVA, luz visible e incluso radiación UVB refleja la importancia de incorporar la protección solar en nuestra rutina diaria, tanto dentro de casa como en espacios cerrados. La clave para mantener nuestra piel saludable y evitar daños a largo plazo es elegir productos que ofrezcan protección de amplio espectro, adaptados a las necesidades de nuestra piel y estilo de vida.
Proteger nuestra piel de la radiación UVA, UVB y la luz visible es una acción sencilla y poderosa para mantenerla saludable a largo plazo.