Starmix | Paso a paso, así puedes obtener la ciudadanía italiana siendo chileno
Obtener la ciudadanía italiana siendo chileno es un proceso más accesible de lo que muchos piensan, especialmente para aquellos que tienen ascendencia italiana. Según estimaciones, alrededor de 1,3 millones de chilenos podrían ser elegibles para adquirir esta nacionalidad. Este derecho se basa en la legislación italiana que permite la transmisión de la ciudadanía por descendencia, sin un límite generacional, lo que facilita que muchos chilenos puedan reclamarla si cumplen con los requisitos establecidos.
El proceso de obtención de la ciudadanía italiana por descendencia no tiene restricciones en cuanto a cuántas generaciones separan al solicitante de su antepasado italiano. Para iniciar el trámite, es requisito poder demostrar la línea de ascendencia directa desde el ancestro italiano hasta el solicitante. Esto se logra mediante la presentación de documentos como certificados de nacimiento, matrimonio y otros registros familiares que acrediten la relación con el ciudadano italiano original.
Uno de los aspectos importantes en la transmisión de la ciudadanía italiana es la línea materna. Antes de 1948, la ley italiana solo permitía a los hombres transmitir la nacionalidad a sus hijos. Sin embargo, a partir de la Constitución de 1948, las mujeres también adquirieron este derecho, aunque solo para los hijos nacidos después de esa fecha. Si un descendiente nació antes de 1948 por línea materna, deberá recurrir a un juicio para obtener la ciudadanía.
El trámite para obtener la nacionalidad italiana puede realizarse de dos maneras: la vía administrativa, ya sea en el consulado italiano en Chile o directamente en Italia. Este es el método más común, aunque puede implicar largas esperas debido a la alta demanda y la dificultad para obtener citas en los consulados. A pesar de los tiempos prolongados, la vía consular es una opción más económica, mientras que realizar el trámite en Italia podría agilizar el proceso, pero conlleva mayores costos.
La ciudadanía italiana no solo otorga el derecho a vivir y trabajar en Italia, sino que también ofrece la ventaja de poder moverse libremente por toda la Unión Europea. Esto convierte el pasaporte italiano en un recurso valioso para aquellos que desean establecerse en Europa o viajar sin restricciones dentro del espacio Schengen.