Laura Cisternas (30) es una de las figuras de la selección chilena femenina de vóleibol, que este jueves arrancará su participación en la Copa América de Brasil. La bloqueadora central de Colo Colo conversó con AS y anticipó el debut ante Argentina, además de dar múltiples detalles de su carrera.
– ¿Cómo se siente para el debut en la Copa América? Será contra Argentina, a quien vienen de vencer 2-1 en la gira preparatoria…
– Me siento muy bien, muy motivada, y esto se debe a la confianza que estamos creando como equipo y por cómo venimos trabajando. Respecto al partido, si bien el equipo que van a presentar no es el mismo, vamos con las mismas ganas y más. Es un buen rival.
– ¿Qué expectativas hay para este torneo?
– La expectativa personal y grupal siempre es llegar lo más lejos y terminar la copa sabiendo que lo dejamos todo en la cancha. Como equipo, tenemos muy buenas sensaciones previas.
– ¿Cómo describiría la temporada con Colo Colo?
– Fue muy linda, a pesar de terminar muy lejanas (cuartas en la Liga A1) al resultado que queríamos, el cual no reflejó todo el trabajo que hicimos. Pero siento que fue un gran aprendizaje para mejorar cosas de cara a esta nueva temporada.
– En Colo Colo suelen jugar a gimnasio lleno, con un atmósfera muy especial…
– El apoyo de los hinchas es fundamental. Con su presencia e incondicionalidad, logran traspasarnos mucha energía. Cuando ganamos, ganamos juntos. Es muy bonito representar los colores de Colo Colo, por todo lo que conlleva y porque es una responsabilidad que ayuda mucho a forjar el carácter del equipo. Para ser parte de él, hay que entender que Colo Colo va primero que todo.
– ¿Usted es hincha del club?
– Siempre me gustó Colo Colo, pero cuando me puse la camiseta, no hubo vuelta atrás. El sentimiento creció… Colo Colo es lo más grande.
– ¿Cómo ha sido su camino en el vóleibol? ¿Qué la llevó a elegir este deporte?
– Mi camino no ha sido una línea recta. Yo elegí este deporte porque mi mamá lo practicaba, ella me motivaba siempre a que le diera una oportunidad. Y en una de estas veces, enganché y me enamoré del voley. Jugué desde los 11 hasta los 16 y luego me fui a España, a vivir con mi papá. Ahí tuve acercamientos (para jugar), pero nunca lo retomé. Ya a los 24 aproximadamente volví a Chile y a jugar. Desde ahí no paré y cada vez fue tomando más protagonismo en mi vida.
– Entiendo que usted también estudia Arquitectura. ¿En qué año va y cómo compatibiliza eso con el deporte de alto rendimiento? ¿Es complejo o lo lleva bien?
– Sí, estoy terminando ya. Después de la copa, entrego el anteproyecto de título. Es una carrera muy demandante, pero muy linda. Es un desafío compatibilizar, pero es una etapa que ya se está concluyendo. Fue un buen proceso, con altos y bajos, como todo en la vida.
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